Seguir una estricta dieta y acudir al gimnasio para intentar perder peso y no obtener los resultados esperados puede ser realmente frustrante y provocar que desistamos en nuestro esfuerzo definitivamente. Sin embargo, hay una explicación para entender el motivo por el que no consigues adelgazar.
Y es que existen ciertos hábitos que casi todo el mundo realiza y que, sorprendentemente, impiden que bajes esa barriga a pesar de que estés tratando de hacerlo con todas tus fuerzas. ¿Quieres saber cuáles son? Sigue leyendo y descubre por qué tu plan para decir adiós a esos kilitos de más no funciona.
No eres constante
Lo peor para nuestro organismo es pasar en poco tiempo de comer mucho a comer poco o al revés. Igualmente, tampoco obtendrás resultados si te pegas un atracón justo después de haber estado unos días pasando hambre. Sé constante y no hagas cambios en tu dieta.
Duermes poco tiempo
La falta de sueño reduce el metabolismo, aumenta el apetito y hace que no rindas lo suficiente a la hora de hacer ejercicio. Los adultos deben dormir, al menos, siete horas diarias, pero si estás a dieta intenta que sea algo más para que el organismo esté totalmente descansado y se concentre bien en perder peso.
Sigues comiendo hamburguesas
Si comes hamburguesas, duplicarás la grasa de tu barriga. Cambia la carne roja por el pollo o el pescado y notarás los resultados inmediatamente.
Has sufrido una depresión
Los antidepresivos aumentan la grasa abdominal. Además, cuando pasamos por un momento complicado, apenas realizamos actividad física y la alimentación es menos saludable.
Comes demasiado poco
Aunque no lo creas, comer poco puede dificultarnos el perder esos kilos de más. Y es que nuestro organismo se autorregula cuando no entra en él suficiente alimento y quema las calorías de una forma más lenta, provocando que adelgazar sea mucho más complicado.
Comes demasiados alimentos procesados
Alimentos como las patatas fritas de bolsa o pasteles industriales aumentan el nivel de glucosa en la sangre, provocando una subida de insulina, lo que a su vez causa que el hígado acumule más grasa.
Sigues tomando alcohol
¿Pensabas que la barriga cervezera era solo un mito? Pues estás totalmente equivocado. Así que si no reduces la ingesta de alcohol, tampoco bajarás de peso.
Bebes refrescos azucarados
Los refrescos son uno de los productos más consumidos y uno de los que más negativamente afecta a nuestra salud. Olvídalos definitivamente si quieres perder peso. Un vaso de este tipo de bebidas contiene el equivalente a ocho sobres de azúcar.
Comes delante de la televisión o del computador
Según un estudio del Journal of Clinical Nutrition (la Sociedad Americana de Nutrición), si comemos mientras vemos la televisión o manejamos el ordenador, no prestamos suficiente atención a la cantidad de alimentos que tomamos. Y es que, a la hora de comer, hay que estar totalmente concentrados.
Tu cuerpo se ha acostumbrado a tu rutina en el gimnasio
Si no cambias de vez en cuando tu rutina de ejercicios en el gimnasio, tu cuerpo se adapta a ella y ya no realizas el entrenamiento adecuado para perder peso. Por lo tanto, en cuanto veas que no te cuesta esfuerzo una determinada práctica, eleva la dificultad.
Tomado de: TresB Comunicación