Todos en la fotografía miran lo que ocurre a través de la pantalla de sus smartphones. Todos, menos una anciana. En primera fila, en vez de ocupar sus manos con el teléfono, se apoya cómodamente en la valla, mira –sin móvil de por medio– lo que acontece frente a ella… Y sonríe.
Y junto sobre esta estampa, un mensaje del autor del tuit, el fotógrafo Miguel Ángel Morenatti: “Estamos perdiendo la capacidad de disfrutar de los momentos importantes”. La reflexión ha calado. En menos de 24 horas, ya supera los 8.000 retuits.
“La foto no es mía”, ha explicado Morenatti, vía email, a Verne, “me la pasaron ayer por WhatsApp y no he sido capaz de dar con el autor, aunque siempre los menciono”. La autoría de la imagen pertenece a John Blanding, fotógrafo del Boston Globe, y fue tomada en el fotocall de presentación de la película Black Mass.
https://twitter.com/MiguelMorenatti/status/646061271696207873/photo/1?ref_src=twsrc%5Etfw
https://twitter.com/MiguelMorenatti/status/646061271696207873/photo/1?ref_src=twsrc%5Etfw
Si la publicación, tal y como explica Morenatti, también ha estado circulando por WhatsApp, es complicado que se rastree su origen ni saber si también se está compartiendo a través de esta aplicación. A diferencia de lo que ocurre con las publicaciones de Twitter o Facebook, la red de mensajería no tiene trazabilidad, no existe ningún procedimiento para conocer el nacimiento de un mensaje o el número de veces que se ha compartido.
En diciembre, otra imagen con un mensaje similar a la de Blanding también levantó polémica sobre el uso (y abuso) de los smartphones: la foto de un grupo de jóvenes mirando sus móviles al lado de un Rembrandt fue blanco de críticas en Twitter y Facebook. La de la anciana rodeada de teléfonos tampoco se ha librado. “Por querer conseguir la mejor foto nos perdemos los mejores momentos”, opina un tuitero, mientras otro usuario considera que “es algo cada vez más habitual y triste”. Otros bromean: hay quien defiende que lo que ocurre en la foto es que la anciana se ha quedado sin batería, y otros que está tan contenta sin móvil porque “lleva las Google Glass”.
Fuente: verne.elpais.com