Enclavada en la más hermosa bahía de América del Sur y bañada por el tibio Mar Caribe, se encuentra Santa Marta. Los habituales 36 grados de temperatura se atenúan con la fresca brisa que baja de los altos picos de la Sierra Nevada de Santa Marta, y convierten a esta ciudad, en una capital de verano eterno.
Una sierra Nevada por el norte, rodeada por cientos de miles de hectáreas de parque natural mágico y misterioso, más de 100 paradisíacas playas de blancas arenas, muchas ensenadas naturales que invitan al amor y al sur una maravillosa y extensa ciénaga; hábitat de una de las más exuberantes especies de mangle y sala cuna de la más variada fauna marina, hacen de Santa Marta un destino ecológico y turístico de talla mundial.
Su prospera y pujante economía, obedece a la generosidad de las tierras que la circundan, donde a la riqueza de los cultivos de banano, café, palma africana, mango, piña y muchas otras especies frutales, se suma la eficiencia natural de su maravilloso puerto; punto de salida de gran parte del carbón que Colombia produce y puerta de ingreso de miles de toneladas de alimentos, materias primas y productos que nutren la economía nacional.
La población Samaria se mezcla en un crisol de maravillosos colores, proveniente de todos los rincones del mundo. Es común ver como en sus coloniales calles, conviven en una danza alegre y multicultural; indígenas de la Sierra, paisanos autóctonos, inmigrantes aventureros de todas las regiones del país y extranjeros que atraídos por la magia natural de la región, se han asentado en la ciudad a la que sienten tan suya como su propio lugar de nacimiento.
El bullicioso desorden de estas casi 500.000 almas; le dan la bienvenida en época de temporada vacacional a otras tantas más, que atraídas por el calor del sol, las playas, la brisa y la más amplia oferta hotelera, invaden con desparpajo todos los rincones de esta ciudad dos veces santa, como reza su himno. Santa Marta, la magia de tenerlo todo, anunciaba sin recato su antiguo eslogan institucional.
Hasta aquí todo es belleza, color y música. Pero detrás de esta fabulosa postal, se esconde también una ciudad caótica que crece a un ritmo frenético sin control alguno. Abandonada y maltratada por sus hijos, a quienes tantas bellezas les prodiga, la soñada “Perla de la America“, se encuentra sumida en un grave desgreño organizacional, en un atraso cultural y cívico y en el descuido absoluto de quienes la habitamos. Esta situación contradice los buenos augurios que le confirió la constitución de 1991, cuando la promovió a la categoría de Distrito Turístico, Cultural e Histórico.
No bastan la intenciones institucionales, políticas o gubernamentales, ni las iniciativas privadas o comerciales para sacar adelante a Santa Marta; tal como ella lo merece y nos lo merecemos también, quienes creemos en este pedacito de paraíso. No bastan las promesas, provengan estas de donde provengan. Se requiere del compromiso absoluto de todos los que aquí habitamos, incluso sin haber nacido en ella. Para su rescate no importa el credo, la tendencia política, la condición social, ni los pelambres de los interesados. Todos estamos obligados a comprometernos con el rescate y desarrollo de nuestra querida y maltratada ciudad.
Así que en este cumpleaños, regalémosle la promesa decidida y valiente de hacer pequeños cambios en nuestro comportamiento ciudadano, para que desde la base misma de su pueblo, renazca y salga de esta oscura ostra y pueda mostrarse como la verdadera “Perla de la América“. No más basuras en las calles, no más escombros en las vías, no más irrespeto a las normas, no más atentados al medio ambiente, no más maltrato animal, no más indiferencia. Basta ya, hagamos un alto en el camino, aportemos pequeños cambios de actitud, hagamos una gran revolución cultural y ciudadana, que le permita a la Perla brillar nuevamente.
En el 2025 Santa Marta cumplirá 500 años de fundada y desde ya la ciudad de Cuchacique, de Bastidas y de Bolívar, la ciudad tayrona, hispana y republicana, debe prepararse para ser el principal destino ecoturístico y de turismo cultural en Colombia. El desarrollo sostenible de Santa Marta es posible, siempre y cuando la ciudad se proyecte hacia el siglo XXI con administraciones públicas honestas, transparentes y eficientes, que cumplan con su función social y permitan la libre iniciativa de empresarios emprendedores.
¡ Feliz cumpleaños mi Santa Marta !
Por: Beto Acosta